Ensayo

GRUPOS SUBURBANOS

La intolerancia, tan arraigada de la sociedad contemporánea, desarrolla  sus cimientos a partir de la gran variedad de culturas que caracterizan el mundo actual, cuyo constituyente principal es la juventud.  Se supone, que como animales de inteligencia superior, los productos de nuestra imaginación deben ser racionales, sin embargo son cada vez más deprimentes los objetivos de los grupos sociales, como los emo, punk, skinhead, etc., cuyas acciones contribuyen a la violencia y al rechazo social, complicando la situación. Eso sin mencionar que la intolerancia no es solo de la sociedad, sino también de los mismos grupos, que no se respetan entre ellos, han generado un profundo odio que solo lo manifiestan con violencia y lo justifican o soportan con los derechos que los cobijan.

Naturalmente, no solo los representantes juveniles maltratan el tema, ya que se puede afirmar que existe una variedad de costumbres innatas de la cultura, que la hacen original y característica, es lo que constituye la idiosincrasia. Algunas culturas europeas matan animales cuando los jóvenes cumplen determinada edad, supuestamente para fortalecer su hombría. Desde un punto de vista personal, si una persona es capaz de eviscerar a un animal cualquiera, indefenso, cuyo nicho ecológico sólo se basa en la supervivencia y en la reproducción, no sería nada difícil hacerlo con una persona, eso degenera el subconsciente, predispone al individuo a tendencias violentas y despierta el comportamiento primitivo que todos guardamos dentro.

La instauración de los valores “básicos”, que se nos inculca desde la niñez (la mayoría de las veces), se ha visto deteriorada, totalmente infructuosa, creo que es como un círculo vicioso, que si bien es cierto que el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe, un individuo no puede permanecer con las buenas intenciones que ha formado en su niñez, porque “la vida es como un martillo y un cincel, que a los golpes nos da forma, hasta moldearnos como personas”, no podemos exigir cosas que no formamos, ni recoger fruto que no hemos cultivado, los jóvenes protagonistas de los grupos contemporáneos también lo saben, puede que indirectamente, pero ellos bien pueden justificar sus acciones por medio de esos “recursos”.